Polémica en el puente Milvio de Roma. Probablemente por puente de Milvio no os viene nada, pero si leéis la historia de su farola seguramente os suene. La tradición marca que los enamorados que colocan un candado en este lugar permanecerán unidos para siempre. Pero, tras la iniciativa que quiere llevar a cabo el grupo político el Olivio de eliminar los candados, ¿qué pasará con las parejas que quisieron demostrar así su amor?
Hay cosas que no acabo de entender. Si una tradición no molesta a nadie y hace famoso a un lugar, ¿por qué destrozarla? ¿Realmente no hay cosas más importantes y urgentes que hacer desde la política? Se ve que en Roma no.
El grupo político de centroizquierda el Olivio quiere quitar los candados del puente Milvio. Ante esta iniciativa, la oposición se ha rebotado. No sé si porque son amantes de lo bonito (y cursi, la verdad) o porque la oposición, sea de Roma o sea de cualquier lado, siempre aprovecha los temas que pueden tener cierta repercusión social para echarse al cuello del contrincante. La cuestión es que la polémica está servida.
Y aquí, quién no corre vuela. El también grupo de centroizquierda La Margarita (¿qué respeto puede causar este nombre a los ciudadanos?) ha propuesto que fundan los candados que se saquen del puente. Luego, el dinero del latón fundido que se obtenga (el latón vale más dinero de lo que pensamos, por lo visto) se donaría a la Cruz Roja de Italia.
¿Qué pasará con las parejas que dejaron un candado?
Yo soy muy mal pensada y, por tanto, no me puedo quedar inmune ante estas situaciones. Si de repente les ha dado por sacar los candados, por algo será. O bien es que Italia quiere despuntar en el mercado de latón, exportando e importando dicho material a toda la zona euro (cosa que me resulta poco factible) o hay mucho abogado en paro en el país con forma de bota. Y los italianos, que no son tontos, han pensado: si todas estas parejas pusieron un candado para seguir unidos, sacamos los candados y nos forramos con los divorcios. Si es que está todo pensado.
De momento la cosa parece frenada, están los típicos “él ha dicho” y “tú más” entre los políticos pero, por ahora, la cosa no irá a más. El alcalde de la ciudad, Walter Veltroni, ha dicho al respecto que "si no supone un problema para la estabilidad del puente ni de las farolas, los candados pueden quedarse”.
En el caso de que puente-candados-farola sean un trío mal avenido, siempre quedarán las imágenes como la que os he colgado en el blog, hecho por un videoaficionado. O bien, podemos recurrir al videoclip de Tiziano Ferro de la canción Ti scatterò una foto (que, como todo el mundo sabe, significa Te escaneo una foto), grabada en el puente Milvio.
Finalmente, aprovecho para agradecer la información a Pablo, que me comunicó este hecho, y a todas las personas que poco a poco van aportando ideas para que este blog funcione.
miércoles, 28 de febrero de 2007
Se nos rompió el candado de tanto usarlo
Publicado por La Periodista en Paro en 19:08
Etiquetas: No te REcortes, Odiómetro
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1 comentario:
Que locos estos romanos... La verdad es que es una pena que se lo carguen asi sin pestañear, pero, bueno... teniendo en cuenta como estan los italianos de subidos (al menos los que vienen al castillo llevan la cabeza tan alta que se dan con la puerta) no me sorprende que estas cosas les importen poco mas que nada. Muacks!
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