lunes, 16 de abril de 2007

El Pagafantas, otro mito de internet



Tras la coronación reciente de mito de internet de la chica de la mancha en el pelo, pienso en otros mitos que rondan por la red. Supuestas personas desconocidas que por un video pasan a ser “Los más vistos”. De ellos, hoy hablaremos de El Pagafantas y su gran amiga Metalera.


Pagafantas es el término escogido por la blogosfera para definir al típico amigo que aguanta el chaparrón, te invita a cubatas, lo pones ciego con la borrachera y acaba por quererse mucho a él mismo, porque con la amiga-borracha-caliente no tiene nada que hacer. Y como rey actual de pagafantismo está el chico de belleza distraída Emo (Alberto en su DNI).

El inicio de El Pagafantas: dos borrachos y una cámara
La historia es muy fácil. Un amigo y una amiga vuelven de un concierto y con todo el morado (especial morado el de ella) se graban con la visión nocturna de la cámara diciendo tonterías. A la chica el alcohol le despierta cierta calentura (no sé si es culpa exclusiva del alcohol o es calentura innata, le daremos el derecho a duda). Metalera (o Isa, según dicen) se desinhibe ante el objetivo y empieza a mostrar sus encantos (que los tiene, al menos físicos, hay que reconocerlo). Los videos están aquí:





Hasta aquí “todo normal”. Vamos, no digo que sea normal pillar semejante ciego y vayas desnudándote como si nada. Pero bueno, cosas peores hemos hecho. La diferencia es que no había una cámara delante y, menos aún, un amiguito muy majo que cuelgue los videos en Youtube. El éxito de los documentos visuales fue abrumador y, ante ello, las respuestas cachondas al tema muchísimo más. Desde Franco con su versión, al niño loco alemán, Tim Burton y su discurso a el Be water, my friend adaptado.

Repercusión en la red, sensacionalismo en bandeja
No me voy a poner a juzgar en plan súper moralista a esta chica. Aunque me sorprenda la situación e incluso le encuentre cierto morbo a ver cómo transcurre la historia (la del video y las posteriores respuestas), comprendo que es una gran putada que a la chavala la reconozcan por ello y, en cierto modo, quede marcada hasta que se olviden (si se olvidan alguna vez). El colgar los videos en el blog es verdad que aumenta a darle más bombo al asunto (pero vamos, el bombo a estas alturas ya está más que dado), pero lo que me sorprende son noticias como la de 20 minutos. ¿Cómo Youtube te destroza la vida? ¿Qué malos somos? Malos ellos colgándolo todo en plan “yo me lo encontré por ahí pero malos malos”. Desde que la noticia salió en este diario, la historia de El Pagafantas por excelencia ha sido muchísimo más conocida, de hecho en las últimas búsquedas en Technorati se ven muchas entradas recientes de gente que no tenía ni idea de ello, por antigua que sea, hasta que lo leyeron en 20 minutos. Al menos, ya que lo ponen como nosotros lo estamos haciendo, que no señalen a otros con dedo acusador.

¡No lo pongáis más!
Tras todo lo ocurrido con los videos, teóricamente el tal Alberto mandó un mail repleto de faltas quejándose de lo ocurrido, contando su versión y diciendo que si no se la folló es porque son amigos (bueno, aunque muchos lo tachen de todo menos de guapo, que no lo es, es verdad que intentaremos ver la parte buena del asunto y le damos la enhorabuena por aguantar estoicamente la calentura de su amiga pidiendo sexo a gritos con frases como "deja ya de sacar la lengua y cómeme el coño"). Pero lo peor del asunto, a mi parecer, no es Alberto intentando defender su hombría y honor. Lo peor es el tostón de pega la chavala que ha sido la última en enterarse del revuelo. Personalmente creo que el afán de protagonismo de esta jovenzuela es de sobras evidente. Pero ya que le da por colgar videos suyos en plan “qué mal estoy, qué horrible es todo” que se prepare un discurso más breve y menos pesado. Por favor, cuando todo el mundo está pidiendo que cuelgues más entregas de tus tetas desde diferentes planos, no metas estos rollazos intentando hablar de forma culta y construyendo frases sin sentido y engorrosas. Si tenéis moral, echadle un ojo a una de las entregas.



En fin, El Pagafantas y la amiga-caliente-borracha han pasado a mitos de internet, quieran o no quieran. Be carefoul with Youtube, my friend.


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