sábado, 14 de noviembre de 2009

RETORNO AL PASADO o cómo la mujer siempre lleva los pantalones


Decir de ellas que son el sexo débil se ha convertido en un tópico tan universal que el que escribe esta breve reseña cada vez está más convencido de que el aserto fue ideado por una mente femenina, dicho por vez primera por un marido cornudo (o consentido) que no sospechaba de su condición de macho cabrío y propagado después por toda una caterva de hombres que sólo se preocupaban por aparentar su aparente primacía mientras el sol iluminaba las calles. Otra cosa era cuando éste se perdía allá por el occidente...


Y es que el personaje de la femme fatale ya nació, según contaban desde la poderosa Roma imperial, en cierto país bañado por un río que decían que poseía propiedades mágico-religiosas y que fue gobernado durante una época por una reina que desprendía magnetismo sexual por todo su ser (el druida de una aldea poblada por irreductibles galos se enamoró de su nariz. Con ello, todo queda dicho). Esta reina traspasó sus poderes hipnóticos a todas aquellas mujeres inteligentes, sensuales y crueles por igual.


Una cosa que nadie obvia de ellas es que todo aquello que pretendan, sea lo que sea (unos zapatos, un beso, un cadáver, un corazón...), terminarán de conseguirlo tarde o temprano. Y a eso, nadie de nosotros, que aún tenemos y tendremos cerebros de mono, puede negarse. Porque aún sabiendo que la relación resulta peligrosa y siempre se lleva las de perder, uno no puede mostrarse frío ante esos ojos insensibles y penetrantes que te hacen caer en una tentación de la que es imposible levantarse a no ser que sus manos te ayuden para luego volverte a empujar al vacío para siempre mientras se escucha una risa.


Al otro lado se encuentra el enamorado que no hace más que complacer los deseos de su amor. Él cree que es feliz mientras está al lado de ella y cuando se da cuenta de que no es más que una mera marioneta no le da importancia o huye motivado por las malas artes de aquélla (se va a Casablanca, se cambia de nombre y rehace su vida o simplemente se suicida). Pero, y he aquí donde la película tiene su punto fuerte, todo pasado puede volver.

Desde aquí, y viendo ya unas cuantas películas así, propongo un nuevo vestuario: sombrero y gabardina claros, traje impecable, cigarro opcional, beber whisky y olvidar el pasado. ¡Qué lástima que ya no haya actores como Robert Mitchum, Fred MacMurray o mi idolatrado Humprey Bogart!.


Pues eso, en esta película tenéis una nueva muestra del género, con permiso del western, que hizo grande a Hollywood. Cine negro por excelencia, con todos los ingredientes que debe tener: detective/policía embaucado por una mujer fatal que maneja a su antojo a todo hombre que se ponga por delante suya. Intriga, asesinatos, culpables, inocentes y una sensación de decir lo de siempre: <<ya no se hacen películas como ésta>>. Y es que no me canso de ver estas películas...


Mario


P.d: Si os gusta, os llama la atención o simplemente queréis más información os dejo este enlace en el que se resume todas las claves que debe poseer una buena femme fatale y pone, además, ejemplos de ellas en el cine: http://www.ciudaddemujeres.com/articulos/Femme-fatale-la-diosa-urbana.

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